Hacienda Chablé | México
Llegué de noche bajo un cielo iluminado por las estrellas. La recepción, situada en un edificio del Siglo XVIII, te transportaba a la época mas floreciente de las haciendas yucatecas. Después del Check-in, un empleado me acompañó a mi alojamiento.
Atravesando una gran alfombra de césped llegamos a la Puerta Roja que indica la zona de los alojamientos. A pocos metros y por caminos rodeados de exuberante vegetación encontramos un cartel “Casita 8”. Le pedí al empleado que no me acompañara, quería descubrir lo que me esperaba. Después de un caminito iluminado me encontré con la “Casita”. Quedé fascinado.
En mis primeros instantes en la Hacienda, había pasado de un entorno colonialista a la modernidad arquitectónica con una perfecta fusión con el entorno. Lo primero que me encontré fue la encantadora piscina que precede a la entrada de la habitación. Ya en la habitación, maderas nobles, gran cama confortable y justo al lado, un gran salón. En la parte posterior, un cuarto de baño totalmente acristalado con vistas a un jardín privado con caída de agua tipo Spa. Una bañera de piedra y una doble ducha con regulación individual. Al día siguiente pude observar la vasta extensión de la propiedad minuciosamente cuidada por unos excepcionales jardineros. Tuve la oportunidad de visitar el SPA con unas instalaciones increíbles. En cuanto a la cocina, excepcional.
Chablé es un lugar mágico. Es cierto lo que se dice…Chablé te atrapa.